Hablar de la saga Destino Final (la primera se estrenó en el 2000) a muchos les causó traumas, al menos a mí me dejó algunos. No puedo ver las cosas igual. Subirme a un avión, ver un camión con troncos o varillas, ir a los juegos mecánicos, que se condense el agua cerca de la electricidad, los ventiladores, la lista sigue y no acaba.
Para seguir aumentando los miedos sale la sexta parte llamada Destino Final: Lazos de Sangre (Final Destination: Bloodlines) la cual nos lleva al pasado donde no se concreta la muerte de muchas personas en una torre llamada Skyview. La Muerte ejecuta su plan a pesar de los años y las familias que se van formando al paso del tiempo con los sobrevivientes. Es cruel, sangrienta y si te metes con ella la pagarás muy caro.
Lo que se verás si eres fan es a lo que estamos acostumbrados, muertes elaboradas, violentas y muy exageradas, sangre al por mayor y humor negro. Lo mejor pero lo más triste a la vez es la última participación muy corta pero significativa de Tony Todd (RIP 9 de noviembre de 2024. Único actor que sale en casi toda la saga y que cierra la historia de su personaje al conocer su historia entrelazando todas las películas).
Yo la disfruté mucho, es mi género, no ganará premios ni nada pero cumple su función que es entretener de la manera en que lo ha hecho durante décadas Destino Final a la cual le agradezco mis traumas. Disfrútenla en cines a partir del 15 de mayo. Está dirigida por Zach Lipovsky y Adam Stein y escrita por Guy Busick y Lori Evans Taylor bajo la distribución de Warner Bros. Pictures. Protagonizada por Kaitlyn Santa Juana, Teo Briones, Richard Harmon, Owen Patrick Joyner, Rya Kihlstedt, Anna Lore, Brec Bassinger y el maestro Tony Todd.
QUE LA OSCURIDAD LOS PROTEJA
SANDYMOON
